La expedición botánica (Nueva granada, antigua Colombia, 1783) fue una empresa, una institución encargada de estudiar la flora de suramérica desde la línea del ecuador hacia el norte.
Allí participaron mas de 60 ilustradores en total, (unos estuvieron pocos meses, otros varios años, muchos firmaron un contrato) y a los que dieron la talla se les pagó muy bien.
41 años después de que finalizó la expedición botánica, uno de los ilustradores que participó en ella, murió en la más absoluta pobreza.
(Investiga la vida de Francisco Javier Matis).
Claro, un punto importante es saber administrar las ganancias y saber aprovechar los cuartos de hora para comprar la propia vivienda (o por lo menos dar la cuota inicial), comprar equipos (o renovarlos, y hacerles mantenimiento) y comprar buenos materiales, programas originales y hasta capacitarse en lo que se necesite.
¡Ah, y por supuesto, salir de deudas!
A lo largo de la historia se ha sabido de muchísimos casos de pintores, escritores, músicos, poetas y artistas talentosos que terminan su vida abandonados, en la miseria, ahogados en el alcohol, o terminan suicidándose.
Cuando un artista talentoso muere en la pobreza extrema, se pregunta uno:
¿Donde estaba el gremio?
¿Qué hicieron sus colegas para ayudarlo?
Y no es algo que solo haya sucedido en el siglo pasado. Hoy en dia algunos veteranos, viven situaciones difíciles (incluida la enfermedad).
De ahí la importancia de ayudarnos mutuamente.
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