Ilustraciones*: José Sanabria.
Este mensaje lo envió desde Buenos Aires JOSÉ SANABRIA, ilustrador colombiano radicado en Argentina. Por supuesto, es extensivo a todos los ilustradores:
Qué tal Santi,
Según mi experiencia personal, en la mayoría de los casos es la editorial la que fija el precio del trabajo que me ofrecieron, y yo sólo dije si o no.
Por lo menos aquí es así y en Europa también.
También son ellos quienes determinan si ofrecen derechos o no.
Claro que todo esto se puede negociar, y conviene hacerlo si la propuesta no es muy buena.
Y negociar es pedir un poco más, o exigir el pago de derechos, o sea el 5% del precio de tapa del libro, por la cantidad de libros vendidos.
Las veces que alguien me pidió un presupuesto por un trabajo, tuve malas experiencias y es por algo sencillo: quienes piden presupuesto son personas que no conocen muy bien nuestro trabajo, no lo valoran y están buscando a aquel que lo haga más barato. Entonces con esas personas es factible que haya problemas de cualquier índole.
Yo recomiendo huirle a esas propuestas.
Ahora, si uno está empezando, y necesita trabajar, bueno, habrá que hacerlo. En ese caso lo que recomiendo es pedirle a ellos que hagan una propuesta y uno decidir si lo hace o no. Tiene una lógica: Como te dije, estas personas buscan al más barato. Le piden presupuesto a cinco, diez o más ilustradores que ellos consideren que pueden hacer bien el trabajo.
Es lógico que van a elegir al que pase el menor precio y esto lo pone a uno en un lugar muy incómodo: El de pensar en el precio más bajo para poder competir.
Pases el precio que pases, siempre va a haber uno que lo haga más barato, y aunque no lo creas, también alguno lo hará gratis, todo sea por publicar.
O sea que prestarse a eso, para mí, es no tener autoestima y no valorar su propio trabajo.
Por eso, lo más directo y honesto es decir “dime cuánto es lo mejor que me puedas ofrecer y te respondo”
Si realmente están interesados en tu trabajo, buscarán ofrecerte algo interesante para tentarte. Me comprendes?
Es cierto que aquí (en Argentina) se paga un poco más que en Colombia, y en Europa, Estados Unidos, China, Australia, ni hablar. Además te tratan mejor, te dan los derechos, te mandan los libros. No siempre, pero casi.
La semana pasada me ofrecieron hacer la tapa de un libro en (una editorial colombiana) por $150.000. Eso es una miseria, lo que vale una hora de mi trabajo y esa ilustración me puede llevar un día entero. La misma editorial, pero su filial en Argentina, me pagó el año pasado por una tapa y seis pequeñas viñetas en blanco y negro, algo así como un millón.
Lo que pasa es que se aprovechan.
Mi filosofía frente a eso es: no me meto a pelear por un precio. Más bien lo que hago es tratar de tener varias propuestas a la vez y elegir la mejor.
Para eso hay que ofrecer un trabajo de gran calidad. Si uno es bueno, muchas editoriales querrán sus trabajos.
Para eso hay que estudiar ilustración en un buen lugar y practicar mucho. Es la única manera que conozco de poder competir con los ilustradores de otros países, en otros países.
Si los buenos ilustradores aprenden a decir que no y tienen esa posibilidad, a las editoriales no les quedará más remedio que subir los precios si quieren hacer buenos libros.
Ahora, si uno tiene que evaluar si una propuesta es buena o no, mi parámetro es el trabajo de un electricista, un técnico de computadoras, un plomero. Cuánto vale una hora de su trabajo. Cuánto tiempo te lleva a hacer una ilustración.
También hay que evaluar si uno es un profesional, un ilustrador inexperto o necesitas publicar.
Por eso no se puede decir vale tanto. Depende de la circunstancia. También si es una gran editorial, o una pequeña ONG que trabaja por una causa noble.
Espero que te sirva mi opinión.
JOSÉ SANABRIA.
http://www.josesanabria.com.ar/
http://www.sotanoblanco.com.ar/
*Ilustraciones publicadas en este blog con autorización del autor.
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