"No oprimas ni explotes a tu prójimo; no retengas el salario del jornalero hasta la mañana siguiente". Levítico 19, 13.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
En su parábola sobre los jornaleros de una viña, Jesucristo reconoció que el propietario tenía el derecho de fijar la retribución y las condiciones laborales (Mateo 20,1-7, 13-15). Pero al mismo tiempo, hay otro detalle significativo en esa parábola: todos los obreros recibieron un denario, es decir, la paga diaria convenida, sin importar que hubieran trabajado la jornada completa o no. Observamos que el dueño no se aprovechó de los jornaleros para aumentar sus propias ganancias.
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En su parábola sobre los jornaleros de una viña, Jesucristo reconoció que el propietario tenía el derecho de fijar la retribución y las condiciones laborales (Mateo 20,1-7, 13-15). Pero al mismo tiempo, hay otro detalle significativo en esa parábola: todos los obreros recibieron un denario, es decir, la paga diaria convenida, sin importar que hubieran trabajado la jornada completa o no. Observamos que el dueño no se aprovechó de los jornaleros para aumentar sus propias ganancias.
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